Es cierto que todos, en alguna u otra ocasión hemos pensado que el tiempo se nos escapa de las manos, que nos falta para todo lo que queremos hacer, pensar, tocar, oler, besar, hablar, mirar o incluso dormir.
Aunque a veces el tiempo se para, y no encuentras la manivela que acelera la aburrida película de la que estás siendo protagonista. Si abres los ojos y no te rindes ante la desidia, descubrirás un escenario donde el lienzo está en blanco y la improvisación llega virgen para cobrar forma.
¡Aprovecha cualquier segundo de la vida, con o sin tiempo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario