No se puede cerrar los ojos cuando la pena nos mira.
No se puede acelerar el paso cuando a tu lado, la angustia paraliza los pasos de otro.
No se puede silenciar el grito del que por miedo no habla, pero tú lo estás oyendo.
No se puede ser indiferente ante las injusticias del mundo.
No te conviertas es uno más, no camines aislado del resto tapándote los sentidos para no tener que ver realidades que conviven entre nosotros, realidades que están ahí, cerca y que ahoga la vida del que, en un silencio bullicioso, te mira. Manten la mirada y tiende tu mano, abre bien los oidos porque tal vez te estén pidiendo ayuda.
Gracias a fundacines como Integra que abren las puertas de la esperanza a quienes creen tenerlas cerradas
https://fundacionintegra.org/conocenos/
Sandra Escudero García
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